La Orinoquia es la segunda cuenca más biodiversa del mundo 

La biodiversidad en la cuenca del Orinoco se distingue por su elevada riqueza de especies, por la red de interacciones ecológicas que sostienen la funcionalidad del ecosistema.

Depredadores

El control biológico juega un papel fundamental en la regulación de las poblaciones, como lo son los depredadores, como el jaguar (Panthera onca), las águilas (Harpia harpyja) y los caimanes (Crocodylus intermedius) ejercen una esión de depredación, lo que evita la proliferación descontrolada de especies que podrían afectar de forma negativa al equilibrio del ecosistema. La presencia de estos depredadores es un indicador de un ecosistema saludable.

Ciclo de nutrientes

En el ciclo de nutrientes, la biodiversidad juega un papel esencial en su sostenimiento. Especies migratorias, particularmente peces como el bagre (Pseudoplatystoma orinocoense) y el bocachico (Prochilodus magdalenae), facilitan el transporte de nutrientes entre los sistemas acuáticos y terrestres. Estos peces consumen materia orgánica en un área y, al desplazarse, depositan nutrientes en otras zonas. Estos flujos de nutrientes promueven la regeneración vegetal y aumentan la capacidad de almacenamiento de carbono en estos ecosistemas.

Dispersión de semillas

La dispersión de semillas es facilitada por un conjunto de especies claves, como mamíferos (Callicebus moloch), aves (Pteroglossus viridis), peces (Colossoma macropomum), que consumen frutos y dispersan semillas a través de diferentes hábitats. Este proceso contribuye a la regeneración de los bosques y a la conectividad ecológica, garantizando la persistencia de la biodiversidad a largo plazo.

46%


Cerca del 46% de las 1,435 especies dulceacuícolas de toda Colombia están distribuidas en la Orinoquia

La cobertura de la tierra en la Orinoquia es diversa. 

Predominan los pastizales y áreas de sabana, que
ocupan una gran parte del territorio. También existen importantes áreas de bosque denso y fragmentado, humedales, y zonas agrícolas y urbanas. Los cultivos de palma de aceite, arroz y maíz son prominentes, y la región experimenta una expansión significativa de la frontera agrícola y pecuaria, lo cual ha llevado a la transformación rápida de los ecosistemas naturales.

Valores de conservación

L​os valores de conservación se refieren a especies (de mamíferos, peces, aves, etc), servicios ecosistémicos, y, áreas culturales y espirituales que son importantes para una comunidad, los cuales merecen la pena ser conservados.

Colombia tiene una de las mayores diversidades en ictiofauna dulceacuícolas y muchas de estas especies
tienen gran importancia económica por su aprovechamiento para uso ornamental. La Orinoquía es el área que más aporta en número de especies de peces ornamentales,
calculando que un 60 a 80% de peces provienen de esta región. 

La zona de los llanos registra un total de 121 especies de reptiles para los grupos saurios, tortugas y cocodrilos (Lasso et al., 2010). Así mismo, esta zona reporta amplia distribución de anfibios,
especies de hílidos (ranas) y salamandras. 

En la región, existe variedad de ecosistemas que ofrecen un turismo sostenible lleno de reservas naturales,
con una amplia riqueza de fauna y flora. Entre ellos se encuentra:

Parque Nacional Natural El Tuparro  
Caño Cristales  
Los Cerros de Mavecure

Debido a la variedad de sus paisajes, las condiciones biogeográficas y la dinámica de ocupación de territorio generan una amplia existencia de especies de aves que se pueden expresar en una ocurrencia de 1200 especies en zonas andinas y llanos (Lasso et al., 2010)

Especies en categoría de amenaza

La pérdida de especies es un suceso natural hasta cierto punto, que se produce cuando los factores ambientales o problemas evolutivos provocan la desaparición de una especie. Los cambios en los hábitats y malas tendencias reproductivas son factores que pueden lograr que la tasa de mortalidad de una especie sea superior a su tasa de natalidad. Sin embargo, las actividades antrópicas han llegado a provocar la desaparición de especies mediante caza, sobreexplotación, especies invasoras en los ecosistemas, cambio de usos del suelo, incluso el rápido crecimiento de la población humana

Disminución de especies

Durante los últimos cincuenta años las poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido en 68% en promedio, en América Latina es un 94%. Así mismo la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) indica que 5200 especies de animales se encuentran en peligro
de extinción siendo para aves un 11%, 25% anfibios y mamíferos, 20% reptiles y 34% peces (WWF, 2020). 

Megafauna

L​a pérdida de megafauna siendo las especies de gran tamaño que pertenecen a los ecosistemas de agua dulce como los delfines o bagres migratorios es
de gran relevancia debido a que mantienen el equilibrio del ecosistema, su pérdida puede deberse a su
sensibilidad a los cambios de hábitats y a sus dinámicas de reproducción.

Corredores migratorios

La mayoría de los animales llevan a cabo regularmente movimientos en el territorio en búsqueda de alimento, la búsqueda de parejas sexuales, refugios temporales o permanentes, o para escapar de los depredadores. 

Entender estos patrones de movimiento, especialmente los corredores migratorios, es fundamental.